El comienzo de clases en la universidad fuera de casa...y de campus


Mi casa se ubica en Midlothian, Virginia, que está a casi trescientas millas de la ciudad de Princeton. Sin embargo, este semestre estoy más lejos que nunca -- 822 millas, para ser preciso, en Chicago, Illinois.

Como soy estudiante de primer año, no tenía ninguna idea de qué esperar en primer lugar, pero cuando se declaró que el semestre de otoño tomaría lugar virtualmente, no importaron mis percepciones de lo que significa una experiencia universitaria. En vez de comprar decoraciones para el dormitorio, me junté con tres otros estudiantes de primer año para buscar un apartamento de AirBnB. Acabamos aquí en el barrio de West Ridge en Chicago, que está a unos minutos de la Universidad de Loyola.

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un apartamento típico en Chicago

El primer semestre siempre es un periodo de crecimiento y cambio para los estudiantes, pero es difícil exagerar la rareza de mi primer año hasta ahora. En lugar de vivir en un dormitorio con un Asesor Colegial Residente (RCA) y cenar en el comedor, estoy en un apartamento de un casero donde yo cocino y limpio por mi mismo. No solo he madurado para transicionar del contexto académico de la escuela secundaria al de la universidad, sino también he sido más responsable en otras maneras para asegurar que mis quehaceres no interfieren con la tarea y viceversa. Algunos de mis quehaceres son divertidos (como hacer una prueba de contrarreloj con mis compañeros de cuarto durante las compras semanales), mientras otros son más serios como negociar con mi seguro de salud para conseguir la cobertura fuera del estado cuando mi salud mental empezó a deteriorarse.

Esta no es la primera vez que resido fuera del domicilio familiar, pero con certeza ha sido muy extraño explorar una ciudad desconocida al mismo tiempo que yo mismo estaba explorando una etapa nueva de mi vida. He pasado los fines de semana aquí en los museos de arte y comiendo la comida para llevar de los restaurantes locales, y el resto de la semana me absorto en las clases de lingüística y metafísica que no pude estudiar en la escuela secundaria. Cuando estaba considerando las varias concentraciones (la palabra que usamos para referir a la especialidad) y pensando en el porvenir de mi vida académica, también me he preguntado dónde quiero pasar mi vida -- ¿en una ciudad como Chicago? ¿Quiero estar más cerca de la naturaleza? Echo de menos los días en que estaba equidistante entre la costa y las montañas cuando vivía en mi casa en Virginia, pero también me encanta residir en un apartamento tan cerca de unas de las ciudades más grandes en los Estados Unidos.

Aunque no quiero mentir y decir que no tengo ganas de vivir y estudiar en el campus de Princeton cuando el mundo sea bastante seguro por fin, esto es un semestre que no hubiera experimentado de otra manera.

Traduccido por/Translated by Kevin Yeung '23


¿Qué es el CJL?


Se requiere algún tiempo para aprender la jerga de Princeton y ¡hay muchísimo! Una de las expresiones que se escucha con frecuencia es el CJL o el Center for Jewish Life (Centro de la vida judía). El CJL representa el centro de la vida estudiantil en el campus para los estudiantes judíos (y los no judios también)l. Aquí presentamos alguna información importante sobre el CJL y su papel en el campus antes de que usted empiece la experiencia de Princeton.

  1. ¡El CJL les da la bienvenida a todos! Unos de los malentendidos más comunes sobre el CJL es que está abierto solo a los estudiantes judíos. El CJL no es solo un hogar importante para la vibrante comunidad judía de Princeton, sino también un espacio que acepta a los estudiantes de cualquier fé y origen. Siempre hay un montón de estudiantes aquí durante el almuerzo en el CJL.
  2. El CJL tiene un comedor increíble y kosher ¡donde la comida está deliciosa! El comedor es un poquito más pequeño que los otros en el campus. Como resultado, habría más oportunidades para que la cocina prepare los alimentos específicamente para usted. Adicionalmente, se sentirá más cómodo y familiar comer al CJL y será una buena manera para escaparse del ajetreo de la vida cotidiana de Princeton.
  3. ¡Es muy fácil encontrar el CJL! Ya que está ubicado al lado del Frist Campus Center, está céntrico y especialmente conveniente para los estudiantes que toman las clases de ciencias e ingeniería. Esto significa que no importa dónde se halla, está muy accesible el CJL.
  4. El CJL ofrece cenas de shabat muy populares cada viernes por la noche que son increíbles y para todos. Shabat es conocido como el “Sabbath,” y las cenas son un componente importante de las festividades. El comedor siempre está adornado, la comida está festiva y es un buen cambio disfrutar la comida elegante mientras también conocer el sabor de la cultura judía.
  5. El CJL provee un sitio para estudiar. Es acogedor y hay muchos lugares, a menudo subestimados, donde se puede estudiar.
  6. El CJL ofrece períodos de descanso en los que se puede disfrutar alimentos deliciosos y Kosher (por ejemplo, los tazones de açai) mientras conversar con los amigos.
  7. El CJL es un recurso importante para la vida judía en el campus. El centro trabaja duro para proveer a los estudiantes judíos que vienen de diferentes orígenes y perspectivas una conexión significativa a su propia identidad judía. Desde los servicios religiosos que ocurren diariamente y los eventos de las fiestas, hasta las oportunidades del liderazgo y viaje que ofrece, el CJL sirve como un recurso importante para la comunidad judía diversa de Princeton.

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Estudiantes comen en el patio del CJL

Lo que presentamos es solo un resumen breve del CJL e incluye algunas de las maneras en que se puede interactuar con este centro. A nivel personal, he considerado el CJL un recurso muy valioso para mí y mi identidad judía. Tengo tanta gratitud por la comunidad que he encontrado allá. Si tienes algunas preguntas sobre el CJL y su papel en Princeton, no dudes en ponerme en contacto.

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Traduccido por/Translated by Kevin Yeung '23


Un día conmovedor y humilde


Hace treinta años, entré en el campus de Princeton como estudiante universitario de primera generación de un pequeño pueblo, con la meta de obtener un título en política y postularme a la facultad de derecho. Tenía un plan, uno que era tangible y que me llevaría a una ocupación que todos conocían.

Bueno, recibí mi licenciatura en política. Pero en algún lugar por el camino hacia el derecho constitucional y los agravios, me di cuenta de que la educación y, más específicamente, el acceso a la educación era lo que realmente me interesaba. Cambié el LSAT por el GRE y me inscribí en un programa de posgrado que encajaba mucho mejor.

La mayoría de las personas que trabajan en admisiones universitarias le dirán que no fue el sueño de su infancia. Ya he notado que no era el mío. Sin embargo, aquellos de nosotros que nos comprometemos con el trabajo generalmente nos damos cuenta de que, de hecho, es el trabajo de nuestros sueños. Para mí, ser un profesional de admisión me permite hacer el trabajo que amo: hablar con la gente, presentar oportunidades, disipar mitos sobre cómo se toman las decisiones y ayudar a construir una comunidad intencional para un campus universitario. El hecho de que pueda hacer este trabajo en el lugar que me convirtió en un adulto joven y ayudó a dar forma a mis ideas lo hace mucho más dulce.

Esta noche, publicaremos las decisiones de acción anticipada para la Clase de 2024, mi primer grupo de decisiones de postulantes como la decana de admisión de Princeton. Durante las últimas semanas, mi equipo y yo hemos leído y discutido los atributos que varios estudiantes traerían al campus. Me siento honrada por el talento que existe en este grupo de solicitantes. No hay escasez de mérito, es decir, la capacidad de tomar lo que uno aprende aquí en Princeton y aplicarlo para marcar la diferencia en el mundo. De hecho, hay una gran cantidad de méritos de todo tipo en el grupo, que es lo que dificulta la toma de decisiones para nuestro equipo y hace el proceso estresante para los estudiantes, sus familias y sus consejeros. Y los desarrollos recientes que implican la admisión a la universidad llevan el estrés a un nivel completamente nuevo.

Espero que, sin importar cuál sea su razón para estar en el sitio web de admisión de Princeton (o leer este blog), tenga en cuenta una conclusión importante: nuestro trabajo es aprender sobre nuestros solicitantes. Hacemos esto no solo a través de sus transcripciones y puntajes de pruebas, sino también a través de sus ensayos, cartas de recomendación y cómo pasa su tiempo fuera de clase. Aunque el rendimiento académico es importante, muchas piezas intangibles de “mérito” contribuyen al tejido académico y social de la Universidad. Buscamos la creatividad, la disposición a escuchar opiniones diferentes, la capacidad de asumir riesgos y la evidencia de un deseo de trabajar con otros, entre muchas otras cosas.

Mi objetivo es seguir utilizando este espacio como una oportunidad para proporcionar una idea del trabajo que hacemos. Quizás usted descubrirá que Princeton es un lugar sobre el que desea obtener más información. (En ese caso, le recomiendo que comience aquí en el blog estudiantil). Incluso si ese no es el caso, espero que podamos ayudar a que el proceso de admisión sea un poco más transparente y un poco menos aterrador.

Nota del editor: un artículo sobre la clase recién admitida de 2024 estará disponible esta noche a las 7 p.m. EST en la página de inicio de Princeton. Para leer futuras publicaciones de Dean Richardson, Clase de 1993, seleccione la categoría "From the Dean" en la página principal de nuestro blog.

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Solicitando el ingreso a una universidad durante una pandemia global


Empecemos con lo obvio: ha sido un año extraño. El covid-19 ha transformado la vida de cada persona, sin excepción. Y las tensiones raciales que siguen absorbiendo los Estados Unidos han hecho las divisiones entre su gente más evidente que lo que hemos visto en mucho tiempo. A pesar de todo eso, estudiantes, familias y consejeros siguen teniendo que pensar en el proceso de la solicitud de ingreso a universidades. Por decir lo mínimo, es estresante.

Aunque no sea útil decirle a usted que no esté estresado, espero que le puedo ayudar a enfocarse en las cosas que puede controlar. Ante todo, por favor, tenga en cuenta que sabemos que este verano, otoño, y quizás la próxima primavera no van a ser como los otros. En todo el país y el mundo, muchas escuelas tenían que adaptarse a una nueva manera de operar, y es probable que esto vaya a durar por todo el otoño (por lo menos). Como consecuencia, no esperamos que sus clases, notas, y actividades parezcan como si fuera un año “normal.” Cada una de las plataformas que aceptamos para las solicitudes le dará la oportunidad (si usted quiere) de contextualizar la primavera y el verano pasados. Usted no debería sentir que tiene que escribir sobre solo los impactos de la pandemia en su solicitud, pero lo puede hacer si lo ha planeado. Sus consejeros y maestros también nos darán una idea de cómo su programa académico ha cambiado como resultado de covid-19.

En reconocimiento de los retos de este tiempo, hemos cambiado algunas cosas importantes en nuestro proceso este año.

  1. Para reducir la densidad del campus, no podemos ofrecer sesiones de información ni recorridos en persona hasta el fin del año calendario, por lo menos. Reconocemos que visitar un campus ayuda a los solicitantes a evaluar sus opciones, pero la salud y el bienestar públicos requieren que no ofrezcamos actividades en el campus durante este tiempo. Lo alentamos a aprovecharse de una de nuestras sesiones de información virtual dirigida por un funcionario de admisión.
  2. Hemos pausado nuestro proceso de Acción Temprana este año y vamos a tener una sola fecha del 1 de enero. Creemos que esta decisión dará a los estudiantes y personal de preparatorias más tiempo para preparar y entregar los materiales necesarios.
  3. Durante esta temporada de solicitudes (de 2020 a 2021), también hemos pausado nuestro requisito de exámenes. Los estudiantes que toman el SAT o el ACT y quieren entregar los resultados, seguirán teniendo la oportunidad de hacerlo. Sin embargo, las solicitudes entregadas sin ellos serán vistas completas. Los que no entregan un resultado no tendrán una desventaja. Como en años previos, no requerimos los exámenes de sujetos del SAT.

Como hacemos cada año, mi equipo y yo revisamos las solicitudes de cada estudiante, teniendo en cuenta toda la información que contiene. No solo nos importan sus éxitos académicos (aunque nuestro trabajo es asegurar que todos los estudiantes aceptados sienten que son exitosos académicamente aquí). También estamos encargados de traer estudiantes que van a formar una comunidad dinámica, basada en discusiones respetuosas, que ayuda a cada estudiante a expandir su conocimiento.

En este año, donde hay mucha incertidumbre, nosotros estamos especialmente comprometidos a nuestra evaluación holística. Con ese fin en cuenta, usted verá que las preguntas en nuestro formulario suplementario le piden que se enfoque en dos temas principales: 1) sus intereses académicos y 2) sus pensamientos sobre comunidad. Nuestro equipo ha pensado mucho en sobre qué queremos aprender de usted a través de su solicitud, y hemos desarrollado estas preguntas como resultado.

Reconocemos que este año es extraño para preparatorias, universidades, estudiantes y, sí, funcionarios de admisión (y va a continuar siendo así). Sepa que estamos unidos a medida que avanzamos durante este tiempo. Lo aliento a cuidarse en la mejor manera posible, ser genuino en su solicitud para que podamos conocer el verdadero USTED, y estar en contacto con nosotros si tiene dudas y preocupaciones.

Los mejores deseos este otoño.

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La cultura de las artes escénicas de Princeton


Este año, vi el show principal de Triangle Club, titulado “Once Uponzi Time,” una comedia protagonizada por una aspirante y joven empresaria perseguida por el fantasma de su abuelo Charles Ponzi, y las travesuras que siguen. El Triangle Show (el Espectáculo del Triángulo) reúne hábilmente el humor, los comentarios políticos y la maravillosa actuación, canto y coreografía. Su reparto y sus escritores son increíblemente diversos, incluido muchos grupos subrepresentados. Pero las fuerzas del Triangle Club no son únicas; en cualquier lugar del campus, hay increíbles grupos estudiantiles llenos de pasión y talento. A mis amigos y a mí nos encantó ver el espectáculo tanto como otras actuaciones. 

Parte de la diversión de ir a espectáculos es animar a (y ser pícaro con) tus amigos. El año pasado, fui con mis amigos a un show del grupo eXpressions en apoyo de una bailarina, durante la pieza que ella misma coreografió. Una de mis mejores amigas es una escritora y actriz en el grupo de teatro Princeton South Asian Theatrics(el teatro del sur de Asia de Princeton), cuyo show nocturno acoge explícitamente a las interrumpciones (como "heckling" en inglés, pero con cariño y humor). Ir a estos espectáculos es una parte intrínseca de vivir en Princeton: en ellos te das cuenta de cuán conectado está el cuerpo estudiantil.  

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un grupo de estudiantes realizando la improvisación
Cada uno de estos espectáculos forma parte de la cultura de las artes escénicas de Princeton. Durante mi Princeton Preview, fui al escaparate anual de Artes de Tigre (Tiger Arts Showcase), que destaca muchos grupos de artes escénicas de Princeton. Fue allí que vi por primera vez grupos como Sympoh, el grupo de breakdancing; Triple 8, una de las compañías de danza de Asia Oriental más prominentes del campus; y Triangle Club, que interpretó algunas de sus canciones más icónicas. Me quedé impresionado por todo.

Los shows de Princeton son un recordatorio constante de la enorme mezcla de pasiones y dedicaciones que componen nuestro cuerpo estudiantil. Tanto como el campus es un lugar de estudio, también es un lugar donde todos nuestros talentos e intereses se unen para crear cosas interesantes e inspiradoras como estos shows, y esa es otra razón por la que me encanta estar aquí. 

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Traduccido y escrito por Richard Ma


La magia y el misterio de Firestone


En el verano previo, al comienzo de mi segundo año como estudiante en la universidad de Princeton, la biblioteca Firestone se transformó. Durante mi tiempo como estudiante de primer año, recuerdo haber visto zonas enteras del primer piso en construcción. Cuando volví en el septiembre pasado, estaba aturdido. Inmediatamente al entrar, a mi izquierda había un ala completamente nueva de la biblioteca: el Trustees Reading Room (sala de lectura de los fideicomisarios), un amplio espacio abierto iluminado por ventanas de piso a techo, con escaleras que conducen a estanterías y lugares de estudio tranquilo.  

Más allá de la mesa de circulación había otro espacio que yo había conocido sólo como un área de construcción cerrado unos meses antes. Muy parecido al Trustees Reading Room, este espacio es enorme y siempre parece tener iluminación perfecta, a todas horas del dia. Y más allá de esto se encuentra la Tiger Tea Room (Sala de Té para los Tigres), un café vibrante y retumbador y revestido de mármol, con mesas de piedra lisas donde se puede estudiar con amigos o simplemente disfrutar de una taza de café. La sala es probablemente el lugar más ruidoso y feliz en Firestone, y se ha convertido en mi nuevo lugar para estudiar.

Las nuevas adiciones de Firestone son mejoras importantes, pero ya había mucho en esta biblioteca. Aunque es un lugar popular para estudiar, es también digno de exploración por derecho propio.  Si estás buscando espacios pequeños y cómodos, o salas grandes y soleadas, existen docenas de lugares cómodos que suplican que te relajes. Cuentan rumores que billetes de cien dólares han sido descubiertos en libros al azar, peculiaridades y sorpresas ocultas esperando para ser encontradas, y un nivel inferior el laberinto con un atrio central. 

Durante unas vacaciones en el campus, deambulé por Firestone por horas, buscando una manera de entrar a la torre y encontrar otros lugares maravillosos. Estos lugares no son tan secretos como había esperado, pero no se revelarán a ti - necesitan ser buscados

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Un lugar de estudio en el atrio

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Traduccido y escrito por/translated and written by Richard Ma


Por qué vine, por qué elegí quedarme


Ser de bajos ingresos y de primera generación me influyó mucho en mi decisión de asistir a Princeton, pero hay mucho más sobre Princeton que me hace quedar.

Las finanzas eran lo más importante para mí porque vengo de una familia monoparental de bajos ingresos. Mi madre trabaja mucho por todo lo que tiene mi familia. Pedirle a ella que me dé dinero para experimentar cosas como una pasantía no remunerada o estudiar en el extranjero sería mucho para mi familia, a pesar de que tales experiencias puedan ayudarme a crecer como académica, profesional y persona. Princeton, sin embargo, ofrece muchas oportunidades financieramente favorables, como los Princeternships, programas de estudio en el extranjero, viajes “Breakout Princeton” durante los descansos, y pasantías “PICS.” La ayuda financiera en Princeton se basa en la necesidad, lo que significa que la Universidad otorga ayuda financiera a los estudiantes en función de sus necesidades individuales en la forma de becas, no de préstamos. Elegí Princeton porque me dio a mí y a mi familia la libertad de centrarnos más en mi crecimiento como académica que en las finanzas. Ni en un millón de años pensé que podría ir a la universidad sin grandes préstamos, pero con la ayuda generosa de Princeton, ahora incluso puedo pensar en asistir a la escuela de posgrado.

Además, también me gustó el compromiso de Princeton con la educación de pregrado, el tamaño medio de la escuela y la relación de estudiantes a profesores. Los recursos en Princeton son inigualables. Desde los profesores que ayudan a los estudiantes a cultivar sus ideas y ofrecen instrucción adicional durante el horario de oficina, al Centro McGraw o al Centro de Escritura; Hay tanta asistencia, comunidad e instrucción adaptada a las necesidades de cada estudiante. Como estudiante de primera generación, hay tanto que no sé en términos de acceso, oportunidades, finanzas, redes e incluso conocimientos básicos sobre empleos y becas. Estar en un lugar con acceso a estos recursos es importante para mí porque marca la diferencia cuando simplemente no sabes lo que no sabes.

Por qué vine es importante, pero por qué elegí quedarme también es valioso. Elegí quedarme en Princeton debido a que la comunidad, el rigor académico y el crecimiento que he experimentado aquí no tienen precedentes. Me gusta mucho la comunidad y Princeton me ha brindado los espacios donde puedo ser yo misma mientras exploro diferentes facetas de mi identidad, las formas en que aprendo y mis intereses académicos. Siento que el espíritu en la comunidad de estudiantes de color aquí es realmente especial. Todos nos apoyamos mutuamente. Conocí a algunos de los profesores y estudiantes más inspiradores y motivadores. También he podido viajar a Francia y Puerto Rico durante mi tiempo aquí, incluso como estudiante de bajos ingresos. Estar en Princeton con libertad financiera me permite disfrutar de mi experiencia universitaria sin preocuparme por el dinero. Siento que estoy donde se supone que debo estar.

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Traduccido por/Translated by Andrea Reino '20


La belleza del sistema universitario residencial


¿Alguna vez has querido saber en qué casa estarías en Hogwarts? Princeton tiene su propia forma de casas; cada estudiante de primer año es asignado a uno de los seis "colegios residenciales": Butler, Forbes, Mathey, Rockefeller (Rocky), Whitman y Wilson. Estoy agradecida por estas pequeñas comunidades dentro del campus más grande.

Cuando descubres tu asignación de alojamiento durante el verano, también descubres tu colegio residencial, o “colegio res” (¡no la carne!) para abreviar. Cada colegio res abarca varios edificios de dormitorios, un comedor, y características únicas. ¿Quieres vivir en un castillo? Deberías esperar para Rocky o Mathey. ¿Priorizas una ubicación central? Wilson podría ser para ti. ¿Prefieres comodidades más modernas? Cruza los dedos por Butler o Whitman. Los estudiantes bromean que Forbes está lejos del campus, pero como no soy forbesiana, a menudo envidio la deliciosa comida de Forbes (especialmente el brunch de los domingos) y su gran sentido de comunidad. Entonces, realmente, no te puedes equivocar.

El sistema universitario residencial está diseñado para apoyar y asesorar a los estudiantes de una manera más individualista a través de personal dedicado, como el director de estudios y el director de vida estudiantil cuyos trabajos son apoyar a sus estudiantes en áreas académicas y sociales. Todos los estudiantes de primer y segundo año tienen que vivir en un colegio residencial, pero incluso los estudiantes de tercer y cuarto año están asociados con uno. Planeo quedarme en el mío, Butler College, los cuatro años.

También hay beneficios sociales para el sistema universitario residencial. Proporcionan ropa gratis e impresionante varias veces al año. Además, organizan viajes increíbles y eventos especiales. ¡Fui a cuatro espectáculos de Broadway a través de Butler, y el viaje incluyó un boleto con descuento y transporte de ida y vuelta! Todas las semanas, Butler también realiza descansos de estudio con deliciosa comida gratis. Puedes comer en cualquier comedor del campus, pero siempre hay algo bueno en ir al comedor asociado con tu colegio res. La gente comienza a parecer familiar, desde los estudiantes amigables hasta los empleados serviciales. He conocido amigos simplemente sentándome con gente en el comedor, solo para descubrir que viven a la vuelta de la esquina.

El sistema universitario residencial fomenta la amistad y la comunidad para todos los estudiantes de pregrado. Definitivamente no conozco a más de 5,000 estudiantes en el campus, pero sí conozco a muchos en Butler. Tengo mucho orgullo por mi universidad residencial y pronto tu también lo tendrás. Realmente hace que un campus grande se sienta mucho más pequeño.

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Traduccido por/Translated by Andrea Reino '20


Forjando tu propio camino


Algunos de ustedes que lean esto asisten a escuelas secundarias donde muchos estudiantes del último año se van a Princeton y otras universidades similares cada año. Otros lectores no conocen a nadie de su escuela que haya asistido a Princeton antes. Estoy muy orgullosa del hecho de que soy el primer estudiante de mi preparatoria en ser admitido en Princeton y creo que me ha dado una perspectiva única sobre la vida en el campus.

No voy a mentir ⁠— decidir asistir a Princeton me dio mucho miedo porque no sabía que esperar y no conocía a nadie de mi escuela que me pudiera aconsejar. A diferencia de muchos de mis amigos de la escuela secundaria, que asistían todos juntos a las universidades locales, no tenía a nadie con quien “gemelarme” las camisas el Día de la Decisión Universitaria o con quien hablar sobre la orientación del primer año. Mirando hacia atrás, sin embargo, no lo habría hecho de otra manera: venir a la universidad sin los grupos de amigos de la escuela secundaria me permitió crecer más como individuo desde el momento en que llegué al campus.

Mis preocupaciones sobre no tener apoyo aquí también eran infundadas. La experiencia del primer año en Princeton está llena de oportunidades para reunirte y hacer preguntas a los otros estudiantes y al personal profesional de la Universidad, ¡quienes a menudo están encantados de conocerte! A cada estudiante de primer año se le asigna un Asesor Universitario Residencial (RCA) y un Consejero Académico (PAA), dos estudiantes en su comunidad residencial que pueden ofrecer asesoramiento, desde la selección de cursos hasta problemas sociales. Cada estudiante también obtiene un asesor académico en su área de estudio y tiene acceso al director de estudios de su comunidad residencial para recibir una segunda opinión.

También hay varios recursos diseñados para los estudiantes de identidades subrepresentadas. Uno que viene a la mente es el Scholars Institute Fellows Program (SIFP), cuyo sitio web señala que SIFP “ofrece tutoría, enriquecimiento académico y una comunidad académica acogedora a estudiantes provenientes de entornos históricamente subrepresentados en Princeton.” Otro es el Consejo de Estudiantes de Primera Generación y Bajos Ingresos (FLiC), que también ofrece recursos similares.

Lo que he descubierto es que no hay una “forma correcta” de asistir a Princeton. Tal vez durante mi primera semana de clases, temía no tener una red de estudiantes de tercer y cuarto año a los que recurrir para mentores. Sin embargo, muy pronto, había forjado mi propio lugar en el campus. La diversidad en Princeton me ha dado las experiencias para conocer a cientos, si no miles de otros estudiantes con quienes comparto intereses y valores mucho más cruciales. ¡No hay nada que temer al forjar tu propio camino!

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Traduccido por/Translated by Andrea Reino '20


¿Dónde comes?


Cuando comienza tu tercer año en Princeton, descubres la pregunta: “¿Dónde comes?” Esta extraña pregunta se refiere a las abundantes opciones de comidas disponibles para los estudiantes de tercer y cuarto año. Además del comedor residencial, se le presenta una multitud de opciones para comer, desde unirse a una cooperativa o un club de comida hasta volverse independiente. Todos tienen que descubrir lo que quieren con respecto a la comida.

Muchos estudiantes de Princeton eligen a los clubes de comida. Los clubes de comida son un concepto único de Princeton y sirven como centros sociales y culinarios en el campus. Durante el segundo semestre del segundo año, los estudiantes se inscriben o participan en un proceso de selección, llamado “bicker,” para entrar en un club donde comerán la mayoría de sus comidas. Los clubes de comida están agrupados en la Avenida Prospect, adyacente a la Universidad. Durante generaciones, muchos estudiantes de Princeton han tenido excelentes experiencias con clubes de comida y disfrutan de esta parte única de su tiempo en Princeton. Dicho esto, clubes de comida no son las únicas opciones.

Los estudiantes que no se unen a los clubes de comida y eligen no comer en los comedores tienen varias opciones, una de las cuales es el sistema de las cooperativas. Las cooperativas son programas para compartir alimentos en los que pequeños grupos de estudiantes de Princeton (generalmente alrededor de 30 personas) se reúnen y cocinan comidas frescas y sabrosas el uno para el otro. Como miembro de la cooperativa, se espera que cocines una vez cada semana para el grupo, y los costos son muy asequibles. Hay varios tipos de cooperativas en el campus que cocinan alimentos que satisfacen diferentes preferencias.

Este año, me uní a la cooperativa llamada Pink House, o Casa Rosada. Casa Rosada es una comunidad de mentalidad sostenible que cocina comidas veganas y vegetarianas para una comunidad de aproximadamente 25 personas. Como parte de Casa Rosada, tengo acceso a una cocina e ingredientes frescos cuando cocino una vez a la semana. Es una excelente manera de relajarse, desestresarse y aprender algunas valiosas habilidades culinarias. Este año, he disfrutado experimentando con guisos abundantes, ensaladas sabrosas y deliciosos productos horneados. También disfruté divirtiéndome y conversando con mis compañeros cocineros.

Como soy vegana, sabía que me tomaría tiempo descubrir qué otras opciones, fuera de los comedores, estaban disponibles para mí, pero mi experiencia en Casa Rosada me mostró que realmente hay opciones para todos.

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Translated by/Traduccido por Andrea Reino '20