Mi casa se ubica en Midlothian, Virginia, que está a casi trescientas millas de la ciudad de Princeton. Sin embargo, este semestre estoy más lejos que nunca -- 822 millas, para ser preciso, en Chicago, Illinois.
Como soy estudiante de primer año, no tenía ninguna idea de qué esperar en primer lugar, pero cuando se declaró que el semestre de otoño tomaría lugar virtualmente, no importaron mis percepciones de lo que significa una experiencia universitaria. En vez de comprar decoraciones para el dormitorio, me junté con tres otros estudiantes de primer año para buscar un apartamento de AirBnB. Acabamos aquí en el barrio de West Ridge en Chicago, que está a unos minutos de la Universidad de Loyola.
El primer semestre siempre es un periodo de crecimiento y cambio para los estudiantes, pero es difícil exagerar la rareza de mi primer año hasta ahora. En lugar de vivir en un dormitorio con un Asesor Colegial Residente (RCA) y cenar en el comedor, estoy en un apartamento de un casero donde yo cocino y limpio por mi mismo. No solo he madurado para transicionar del contexto académico de la escuela secundaria al de la universidad, sino también he sido más responsable en otras maneras para asegurar que mis quehaceres no interfieren con la tarea y viceversa. Algunos de mis quehaceres son divertidos (como hacer una prueba de contrarreloj con mis compañeros de cuarto durante las compras semanales), mientras otros son más serios como negociar con mi seguro de salud para conseguir la cobertura fuera del estado cuando mi salud mental empezó a deteriorarse.
Esta no es la primera vez que resido fuera del domicilio familiar, pero con certeza ha sido muy extraño explorar una ciudad desconocida al mismo tiempo que yo mismo estaba explorando una etapa nueva de mi vida. He pasado los fines de semana aquí en los museos de arte y comiendo la comida para llevar de los restaurantes locales, y el resto de la semana me absorto en las clases de lingüística y metafísica que no pude estudiar en la escuela secundaria. Cuando estaba considerando las varias concentraciones (la palabra que usamos para referir a la especialidad) y pensando en el porvenir de mi vida académica, también me he preguntado dónde quiero pasar mi vida -- ¿en una ciudad como Chicago? ¿Quiero estar más cerca de la naturaleza? Echo de menos los días en que estaba equidistante entre la costa y las montañas cuando vivía en mi casa en Virginia, pero también me encanta residir en un apartamento tan cerca de unas de las ciudades más grandes en los Estados Unidos.
Aunque no quiero mentir y decir que no tengo ganas de vivir y estudiar en el campus de Princeton cuando el mundo sea bastante seguro por fin, esto es un semestre que no hubiera experimentado de otra manera.
Traduccido por/Translated by Kevin Yeung '23