Primera generación

September 1, 2016
Cricket Gullickson

Hace dos semanas, tuve la oportunidad de ser invitada a la First Generation Freshman Dinner, organizada por el Hidden Minority Council, Dean Valerie Smith y Vice President Cynthia Cherrey. Mi papel en esta cena fue el de juntarme con un grupo de freshmen y un miembro de la facultad, escuchar su conversación y notar comentarios interesantes sobre la experiencia de estudiantes de primera generación en Princeton y sugerencias que tenían para la universidad y cómo Princeton puede apoyar mejor a los que son de primera generación o de bajos ingresos.

Fue una experiencia poderosa escuchar las historias de estos nueve freshmen. Fueron súper intuitivos e inquisitivos, y su conversación me animó a reflejar sobre mi propia experiencia como una estudiante de primera generación y de bajos ingresos.

Ser de primera generación trae sus propios retos y preguntas. ¿Dónde me quedo durante las vacaciones cuando no puedo pagar el vuelo a casa? ¿Voy a encajar con personas que son más ricas? Cuando mi familia pregunta por qué la universidad es importante, ¿cómo les explico por qué estudio las artes liberales?

(Respuestas: 1. Los dormitorios quedan abiertos para estudiantes durante todas las vacaciones. Además, una cafetería queda abierta durante cada receso salvo el del invierno. 2. Te va a sorprender que es casi imposible determinar la clase social de estudiantes en Princeton. Cuando asistí a un evento de Princeton Quest Scholars por la primera vez, fue una gran sorpresa que unos compañeros que yo había conocido por años fueran de primera generación o de bajos ingresos. Si no le dices a nadie que eres de primera generación, nadie lo va a saber ni suponerlo. 3. Explicar una educación de artes liberales es más difícil y te lo dejo a ti. ¡Conoces mejor a tu familia!)

Sin embargo, hay una pregunta que quizás es la más difícil: ¿Pertenezco yo aquí?

Vengo de un pueblo pequeño en Wisconsin, donde crecí en una comunidad muy unida que enfatizó los buenos valores del Medio Oeste de trabajo duro, honestidad y familia. Desde kindergarten, yo estaba en clases con los mismos 35 compañeros. Íbamos a la misma iglesia todos los domingos. Hacíamos deportes juntos. Cada tantos años, algún amigo se fue, y otro estudiante llegó. Éramos todos de orígenes modestos. Mi padre era soldador. Mi madre es cajera. No asistieron a la universidad. Hay muy poco que me distingue de los otros de Rio, Wisconsin, y esto es un pensamiento que me ha perseguido por muchos años. Me pregunté ¿Por qué yo? cuando vine a Princeton mi primer año. No merezco esto.

Pienso que es natural para cada estudiante que entra por las puertas de Princeton preguntarse si él o ella pertenece en esta escuela. Pienso que es particularmente fácil para un estudiante de bajos ingresos o de primera generación creer que él o ella no debe estar aquí. Pero la verdad es que sí debes estar aquí. No importa tu pasado o tu origen, no eres un error. Para estar cómoda en Princeton, yo tenía que reconocer que ni estaba aquí a pesar de mi origen, ni por mi origen. Mi pasado es simplemente una parte de mí.

Claro que hay momentos cuando es difícil ser de bajos ingresos o primera generación en Princeton. Como ya dije, es posible que haya momentos cuando no puedes comprar un ticket para volver a casa durante las vacaciones, o cuando tu familia te pregunta por qué vas a la universidad. Sin embargo, hay mucha gente aquí en Princeton que te aceptarán y te ayudarán en esos momentos. Princeton ayuda a asegurar que no pierdas opciones ni sufras discriminación por ser de primera generación o de bajos ingresos (¡mira los programas de ayuda financiera e internos fundados por Princeton!), y eso es algo por lo cual estoy muy agradecida.

Traducido por PULP, Princeton University Language Project. 

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